En 1940 se alistó en las Fuerzas Armadas y fue destinado a Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
Agnew se había presentado como un republicano de ideas reformistas y una vez en el cargo se destacó por apoyar y firmar leyes progresistas que declaraban ilegal cualquier expresión de discriminación racial.
En sus dos años como gobernador, se destacó por su eficacia a la hora de trabajar con los demócratas que controlaban la Asamblea estatal.
"Es el hombre más cualificado para ser presidente" decía al patrocinar una organización en apoyo a su candidatura en Maryland.
Agnew encajaba en ese perfil pero su corta experiencia, al llevar sólo dos años como gobernador, no lo colocaba entre los favoritos.
Un republicano liberal, veterano de la administración Eisenhower, que en las primarias había apoyado a Rockefeller.
Percy podía ofrecer a Nixon accesibilidad al electorado más progresista y le aseguraba la victoria en un Estado crucial como Illinois.
También le ofrecía experiencia en un campo de la política que en aquellos años, marcados por grandes conflictos sociales en las ciudades, era fundamental: asuntos urbanos.
Se convirtió así en el enemigo público número uno del Estados Unidos más liberal.
A pesar de haber sido siempre un republicano moderado, incluso liberal, su nuevo rol y sus declaraciones incendiarias contra los rivales del gobierno le hicieron inmensamente popular entre los activistas más conservadores y el mejor recaudador de fondos para el partido.
Pero durante aquella campaña se produjo un hecho que torció la vida política de la administración: el llamado escándalo Watergate.
Con su renuncia se aplicó por primera vez la Vigesimoquinta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos.
Al principio se negó, todavía amargado por cómo lo había tratado la Casa Blanca en sus últimos días como vicepresidente; a lo largo de los años, había rechazado varias propuestas del campo de Nixon para reparar las relaciones.
Lo persuadieron para que aceptara la invitación y allí recibió una calurosa bienvenida de sus antiguos colegas.
El funeral, en Timonium, Maryland, se limitó principalmente a la familia; Buchanan y algunos exmiembros del Servicio Secreto de Agnew también asistieron para presentar sus respetos finales.