Soy Cuba (en ruso: Я — Куба, Ya Kuba) es una película cubano-soviética estrenada en 1964 por el director Mijaíl Kalatózov.
Hicieron uso de técnicas fílmicas innovadoras, tales como sumergir una cámara y añadirle lentes herméticas con un periscopio especial.
En el guion colaboraron el cineasta cubano Enrique Pineda Barnet y el poeta soviético Yevgueni Yevtushenko.
El pintor cubano René Portocarrero elaboró el cartel de la película y participó en su dirección artística.
En 1994, un amigo invitó al afamado director norteamericano Martin Scorsese a un visionado privado.
Scorsese se maravilló con la cinta y cuando Milestone lo contactó al año siguiente para solicitar su presencia en la presentación de la película, no lo dudó.
La primera historia muestra las masas cubanas indigentes puestas en contraste con el esplendor en los casinos para estadounidenses y la prostitución en La Habana.
Lo que más admira a las audiencias cinéfilas de esta película son las tomas largas.
La cámara finalmente pasa a través de la ventana y parece flotar sobre la calle entre los edificios.