Josefa Herrero del Corral

[1]​ También fue célebre su Discurso sobre el origen de la propiedad leído en la Universidad Central.

Allí permaneció hasta su muerte, acontecida en 1893, en circunstancias tan especiales –se dice que murió en olor de santidad (fenómeno conocido como osmogenesia)-, que la hicieron ilustre en toda la comarca.

Transcurridos dos días una hermana de la Caridad enfermó y Sor Josefa Herrero del Corral la felicitó por ir junto a Dios añadiendo que ella habría de procederla.

Aunque hoy, desde un punto de vista lógico y racional, se pueda considerar una mera coincidencia, en aquellos tiempos de finales del siglo XIX se tuvo como un hecho extraordinario que generaría gran conmoción en las personas piadosas y religiosas.

La localidad de Castromocho que se honraba con hijos ilustres en armas, ciencias y artes quiso acoger también como hija ilustre a esta monja por sus virtudes y santidad que se hicieron legendarias en toda la comarca y de las que se da cuenta en los Datos para la historia de Castromocho recogidos por un beneficiado de sus parroquias hasta 1737, continuado hasta nuestros días (1896) por Lorenzo González Arenillas.