Los tres movimientos de la sonata son los siguientes : Su ejecución dura unos veinte minutos.
La vehemencia de este pasaje le da a la obra un alcance casi orquestal.
El movimiento entonces parece comenzar a pisotear: cuatro compases idénticos formados exclusivamente por el acorde de blanca - corchea se suceden, monótonos y embriagadores, antes de una transición brusca y severa sobre solemnes trémolos en octava.
La música, hasta ahora árida y desolada, casi mineral, da paso entonces a un segundo tema en mi mayor ricamente armonizado, en total oposición expresiva.
Su ritmo, siempre monótono y regular (dos blancas seguidas de cuatro negras), lo acerca claramente al tema inicial.
El desarrollo, que comienza en fa mayor (tono del segundo movimiento), da protagonismo al acorde rítmico blanca - corchea, así como a los estallidos de ritmos con puntillo, en un espectacular estallido de violencia.
La música se calma con el regreso a la mano izquierda del segundo tema, todavía en fa mayor, mientras que la mano derecha continúa los ritmos punteados, ahora transformados en delicadas guirnaldas, antes de desvanecerse una vez más.
Después de la tensión omnipresente del allegro precedente, el primer tema, un coral sencillo y luminoso en fa mayor, puntuado por una fórmula rítmica discreta enunciada ppp, aporta un verdadero elemento de relajación a la sonata.
Este segundo tema lírico juega un papel capital en la forma del movimiento: la tonalidad de fa mayor no se corresponde con la forma clásica (lo que traería o la dominante (mi) o la de 3r.
: A medida que avanza la sonata, el carácter de este tema se vuelve cada vez más "cortado", tenue.
La conclusión de la sonata, en octavas, luego acordes menores en el bajo extremo, es sumamente virtuosa.