Francesco Solimena
Considerado uno de los artistas que mejor encarnaron la cultura tardo-barroca en Italia, Solimena se formó en el taller de su padre Angelo, en Nocera, donde vivía su familia.Recibió la influencia de Francesco Guarino, acercándose posteriormente a la pintura escenográfica y fantasiosa de Luca Giordano y a la tenebrista de Mattia Preti.Las obras ejecutadas desde 1680 se acercan a la pintura naturalista, como los frescos de San Giorgio en Salerno, o las telas de las Virtudes de la sacristía de San Paolo Maggiore en Nápoles.Su estilo se consagra con La expulsión de Heliodoro del templo, en la iglesia del Gesù Nuovo de Nápoles, y con los frescos de la capilla de San Filippo Neri en la Chiesa dei Gerolamini.Trabajó para la mayoría de cortes europeas, pero sin moverse casi nunca de Nápoles.