En este tratado, se presenta a un Jesucristo divinizado sin necesidad de forma humana.
La idea religiosa egipcia también parece haber influido en su imagen de la esfera supracelestial.
Una cita muy temprana señala que estoicos, epicúreos y astrólogos son llamados “todos los filósofos”.
Esa caracterización habría sido apropiada en el siglo I a. C., pero no después.
Esa posibilidad es respaldada por el tono no polémico del tratado.