Sociedad de Eusko Folklore

Fue creada con el objetivo de investigar la cultura popular vasca desde un punto de vista que, poco se acercaba a los métodos científicos instaurados en la época.

Esta agrupación , que contaba con sus estatutos, se ubicó en el Seminario Conciliar de Vitoria, donde a la sazón su fundador era profesor.

Así, en 1925 se inicia una prolongada campaña en torno a los “establecimientos humanos”, basándose en las pautas propuestas por las Sociedad Suiza del Folklore.

Para cumplir este cometido promueve los “Grupos Etniker”, con implantación en todo el territorio de Euskalerria.

Luego publicó otro cuestionario encaminado a recoger el material folklórico referente a las fiestas de Nochebuena, Navidad, Inocentes, Año Viejo, Año Nuevo y Reyes.

El contacto y la apertura del Eusko-Folklore a las corrientes que nutrían la etnología europea es una característica digna de señalar.

Si su programa general estaba centrado en el estudio de las características del pueblo vasco, no es menos cierto que en su labor investigadora se seguían las pautas metodológicas avaladas por las autoridades e instituciones etnográficas más sobresalientes por aquellos años.

En este sentido, la labor realizada por Eusko –Folklore en razón de sus registros fieles, rigurosos y sistemáticos marcará una ruptura con el folklorismo vasco anterior.

Así, en 1925 se inicia una prolongada campaña en torno a los “establecimientos humanos”, basándose en las pautas propuestas por las Sociedad Suiza del Folklore.

Someterá, por lo tanto, toda su labor cultural a la Iglesia católica, factor el más importante y transcendental de la cultura humana.

Tras la contienda, el plan fue adoptado nuevamente por Barandiarán para insuflar vida a un Seminario de Etnología "Ikuska" que inició sus trabajos en 1955.

Al renacer Eusko Ikaskuntza en 1978, esta asumió el "Anuario" que traspasó luego a la Fundación Barandiarán.

Portada del Anuario de la sociedad Eusko-Folklore.