Según él, RTVS debía sustituir a la Televisión y Radio Eslovacas (STaR).
[2] La enmienda debía cambiar el funcionamiento del consejo de supervisión, que hoy cuenta con nueve miembros elegidos por los parlamentarios por mayoría simple, reduciendo su número a siete miembros.
Los dos miembros restantes del comité directivo serán elegidos entre ellos por los empleados de la nueva Radio y Televisión Eslovaca.
[17] A ellos se unieron organizaciones de la sociedad civil eslovaca y checa, que también rechazaban la injerencia en la independencia de RTVS, firmando un llamamiento dirigido a las instituciones europeas y otras organizaciones internacionales.
Deben ser nominados por organizaciones eclesiásticas, organizaciones que representen a personas discapacitadas y minorías, el Comité Olímpico Eslovaco autónomo, la Academia Eslovaca de Ciencias y Matica slovenská.
El Consejo debería seguir teniendo nueve miembros elegidos por períodos de seis años.
Cuatro miembros serían nombrados y destituidos por el Ministro de Cultura, uno a propuesta del Ministerio de Hacienda y cinco serían elegidos por los miembros del Parlamento.
Los diputados se comprometieron a proteger el derecho público y la libertad de expresión y al mismo tiempo llamaron al Gobierno a respetar los cuatro principios fundamentales que deben preservarse en cualquier intervención en la Ley RTVS.