Paralelamente, la principal fábrica de Charlestown cerrará pronto, llevándose con ella el club.
A pesar del desastre económico que representa esta clausura, los obreros aseguran un débil apoyo financiero y los dirigentes del equipo contratan tres nuevos jugadores, los hermanos Hanson, que son auténticas bestias.
La película recibió una respuesta moderada por parte de los críticos, rechazando por una parte su vulgaridad y sus diálogos groseros, pero a la vez seducidos por el vigor y su humor corrosivo.
La popularidad del hockey ayudó a ello y la película se ha convertido de culto en Quebec por su doblaje en joual (jerga) e igualmente por la presencia de dos quebequenses, Yvan Ponton y Yvon Barrette, en el reparto.
Pasó algunas semanas de observación, y varios antiguos jugadores participaron en la película como actores.