El sultán otomano Murad II puso bajo asedio la ciudad de Tesalónica, en la actual Grecia, que recientemente había sido adquirida por los venecianos a los bizantinos.
Con el correr de los años, el odio de los habitantes griegos hacia sus amos italianos dividió y minó la resistencia de la ciudad sitiada.
Los otomanos, con su sultán a la cabeza, acabaron conquistando la ciudad en marzo de 1430.
Con el dominio de esta ciudad, los turcos se aseguraron definitivamente su dominio sobre Macedonia y avanzaron libremente sobre el centro y el sur de la actual Grecia saqueando todo a su paso.
A su vez también avanzaron al oeste, donde Murad II chocó en las montañas de Albania con la resistencia del guerrillero Skanderbeg.