Sitio de Jerusalén (614)

Su captura proporcionaría un acceso directo al mar Mediterráneo, además, la ciudad sería un lugar estratégico para el Imperio sasánida en el que comenzar la construcción de una flota naval y que sin duda debilitaría al Imperio bizantino.

Sin embargo, la oferta del general sasánida fue rechazada, y en consecuencia sus tropas se prepararon para un bloqueo.

Durante veinte días sin parar, el ejército persa atacó continuamente los muros de Jerusalén con ballestas y otros artilugios militares.

Poco después de que el ejército persa entrara en Jerusalén, tuvo lugar un sacrílego saqueo sin precedentes.

La ciudad fue conquistada y la Santa Cruz permaneció en manos sasánidas unos quince años, hasta que Heraclio la recuperó en 629.