[1] Su duración por casi dos décadas evitó el conflicto directo entre las grandes potencias europeas hasta la Primera Guerra Mundial.
Habitualmente se dividen los sistemas bismarckianos en tres periodos cronológicos en los que, con un exacto juego de alianzas militares acorde a los acontecimientos europeos, se buscó el aislamiento y retraso en el rearme como potencia de Francia.
Entre Austria y Rusia se creaba una entente que sólo contemplaba el aspecto defensivo ante la agresión exterior.
Ante los acontecimientos europeos, especialmente en la península balcánica y para contrarrestar la expansión rusa en la zona a costa del Imperio otomano, Gran Bretaña entra en un pacto con la alianza del segundo sistema (Pacto del Mediterráneo, 1887) que mantenga el statu quo y defienda la debilitada posición turca en el oriente mediterráneo.
Aunque formalmente la crisis internacional no llegaría a su punto álgido hasta 1914, con la Primera Guerra Mundial, desde 1890 la política expansionista y colonialista de Guillermo II no haría sino echar leña a un fuego que terminaría acabando con el Imperio alemán y con la denominada “Gran Paz” (1871-1914) o "Paz armada".