Sistema somatosensorial

El sistema reacciona a los estímulos usando diferentes receptores: termorreceptores, mecanorreceptores y quimiorreceptores.

Un recorrido somatosensorial por lo general consta de tres neuronas sensitivas: primaria, secundaria y terciaria.

La información sensorial (tacto, dolor, temperatura, etc.) es entonces transmitida al sistema nervioso central por medio de las neuronas aferentes.

Adviértase que numerosas vías somatosensoriales incluyen sinapsis tanto en el tálamo como en la formación reticular antes de llegar a la corteza.

Como dato interesante, un estudio reveló que la corteza somatosensorial resultó ser un 21% más gruesa en 24 individuos que padecían migraña, contra un 12% en individuos de control, aunque aún se desconoce el significado de tal diferencia.

Asimismo, la información somatosensorial involucrada en la propiocepción y la postura se proyecta hacia una parte enteramente diferente del cerebro, el cerebelo.

La estructura de estos receptores es muy similar en todos los casos, consistiendo en terminaciones nerviosas libres o almacenadas en cápsulas especiales.

De esta forma podemos sentir aquellas texturas delicadas en las cuales la escala espacial es menor a 200 µm.

[5]​ Además, la propiocepción estima la ubicación de los objetos que son percibidos por el sistema visual (que proporciona la confirmación del lugar de esos objetos en relación con el cuerpo), como entrada a los reflejos mecánicos del cuerpo.

Normalmente, el contacto táctil entre dos animales se produce mediante caricias, lamidos o acicalamiento.

El acicalamiento forma parte de la interacción social que los primates ejercen sobre sus congéneres.

Esta interacción es necesaria entre los individuos para mantener la relación afiliativa dentro del grupo, evitar conflictos internos y aumentar el vínculo grupal.

[11]​ Sin embargo, dicha interacción social requiere el reconocimiento de cada miembro del grupo.

Diversos estudios han medido e investigado las causas de las diferencias entre individuos en el sentido del tacto fino.

Se han utilizado diversos métodos para medir la agudeza espacial táctil pasiva, siendo quizás el más riguroso la tarea de orientación con rejilla.

[18]​ Entre los niños de la misma edad, los que tienen dedos más pequeños también tienden a tener mejor agudeza táctil.

[20]​ Muchos estudios han demostrado que la agudeza espacial táctil pasiva es mayor en las personas ciegas que en las videntes de la misma edad,[17]​[21]​[22]​[23]​[24]​ posiblemente debido a la plasticidad modal cruzada en la corteza cerebral de los individuos ciegos.

[cita requerida] La tecnología háptica puede proporcionar sensación táctil en entornos virtuales y reales.

[26]​ En el campo de la logopedia, la retroalimentación táctil puede utilizarse para tratar trastornos del habla.

El tacto afectuoso está presente en la vida cotidiana y puede adoptar múltiples formas.

Homúnculo sensorial.
Lóbulos del cerebro.
El tacto puede provocar muchas reacciones fisiológicas diferentes. Aquí, un bebé se ríe al recibir cosquillas de una hermana mayor.
El homúnculo de Penfield , un mapa de las áreas somatosensoriales del cerebro, fue ideado por Wilder Penfield .