El término sistema socio-técnico fue originalmente usado para designar la interacción obrero – máquina en ambientes de trabajo industrial.
La resultante descomposición de tareas complejas en mínimos movimientos mecánicos y repetitivos, con el mínimo de tiempos muertos, satirizado por Charles Chaplin en la película Tiempos modernos, quitó sentido final al trabajo obrero y atentó tanto contra su salud física y mental como la calidad de su trabajo.
Los actuales métodos de organización del trabajo, uno de cuyos exponentes más destacados es el toyotismo se caracterizan por: Aunque se tiende así a la humanización de las tareas, esta concepción de sistema socio-técnico considera a las personas sólo como un ingrediente del proceso productivo, los recursos humanos, cuya función es sólo proveer la energía e información necesarias para obtener un buen producto final.
Es también uno de los ingredientes principales del materialismo histórico, cuyos aspectos científicos y tecnológicos han sido detalladamente desarrollados por el antropólogo australiano Gordon Childe y el físico irlandés John D. Bernal.
En tiempos más recientes, sin invocar conceptos marxistas, ha sido reformulado a partir de una noción más rigurosa de sistema[2] en trabajos como el del filósofo alemán G. Ropohl.