Para formas equilibradas, las bases de número impar son ventajosas.
Por ejemplo: El criterio de la forma no adyacente (FNA o NAF en inglés) garantiza una representación única para el valor de cada entero, y es aplicable a las formas equilibradas.
Cuando las representaciones están extendidas a números fraccionarios, se pierde la unicidad para formas equilibradas con cifras no adyacentes; por ejemplo, al considerar la expresión del siguiente número decimal periódico en base 2, aplicando el concepto de FNA, se tiene que: Y las formas equilibradas en base 10 que repiten decimales se pueden expresar como: Tales ejemplos pueden ser mostrados para considerar que la más grande y la más pequeña representaciones posibles con 0 y 1 respectivamente, son equivalentes respecto al criterio de la FNA, por lo que la representación válida deja de ser única.
Explícitamente, se incluyen aquí estos números: En 1928, Florian Cajori retomó el tema de los dígitos signados, empezando por analizar las obra de Colson (1726) y Cauchy (1840).
En su Historia de las Notaciones Matemáticas, Cajori tituló la sección como "Números negativos".
[3] Eduard Selling defendió invertir los dígitos 1, 2, 3, 4, y 5 para indicar el signo negativo.
[4] También sugirió vocablos para designar estas cifras como snie, jes, jerd, reff, y niff.
La mayoría de las otras fuentes tempranas utilizaban una barra sobre el dígito para marcarlo como negativo.
[5] Explica la comodidad de la aproximación por truncamiento en la multiplicación, y también ideó un instrumento (Tabla Contable) que permitía calcular utilizando dígitos signados.