La última en ser escrita fue la Sinfonía escocesa que, aunque fue ideada en 1829, fue abandonada y no se terminó hasta 1842.
El día anterior se representó Hans Sachs, una nueva ópera de Albert Lortzing y al día siguiente como colofón hubo un gran concierto en la Thomaskirche, que había sido la iglesia de Johann Sebastian Bach.
Para la inauguración compuso la cantata Festgesang, de la que procede la melodía conocida hoy como "Hark!
Y para el Lobgesang decidió una obra sinfónica a gran escala utilizando tanto corales como textos de las Escrituras.
[4] Se publicó como Sinfonía n.º 2, a pesar de que las inéditas n.º 4 y 5 eran anteriores.
[3] La dedicatoria que figura en la partitura es para el rey Federico Augusto II de Sajonia.
[4] La partitura está escrita para voces solistas, coro y orquesta:[4] La pieza consta de una parte sinfónica con tres movimientos puramente orquestales seguidos por una cantata con otros nueve para solistas, coro, órgano y orquesta.
Mendelssohn ya había empleado este tema tres años antes en una composición del Salmo 42 y tiene una distinguida historia en el canon contrapuntístico.
Aunque está hábilmente compuesto y orquestado, el movimiento parece poco inspirado conforme a John Palmer.
El cierre apacigua los ánimos, con una breve cadenza del clarinete, para dar paso al segundo movimiento.
[3] El segundo movimiento, Allegretto un poco agitato, está en sol menor y en compás de 6/8.
La atmósfera aquí no es tan juguetona como melancólica en las secciones exteriores, y francamente seria en la central, con su melodía coral entonada con severidad.
[2] El tercer movimiento, Adagio religioso, está en re mayor y en compás de 2/4.
No obstante, su concepción de la técnica hace que el tema principal se estanque.
Esto conduce a un imponente crescendo en cuyo punto álgido entra el coro y le proporciona un texto, "Alles, was Odem hat, lobe den Herrn" (Que todo lo que respira alabe al Señor), antes de estallar en una exuberancia fugal.
El consuelo llega justo al final de esta sección cuando la soprano declara "Die Nacht ist vergangen" (La noche ha pasado), y el coro retoma la línea y la convierte en luz en otra vigorizante fuga.
A partir de aquí se restablece gradualmente el confiado bienestar del comienzo.
En primer lugar va una prístina interpretación coral del himno luterano "Nun danket alle Gott" (que Mendelssohn también había utilizado en el Festgesang).
Más tarde, suena otro dúo radiante de agradecimiento por la liberación y después con una gran declamación coral.
Lobe den Herrn, meine Seele, und was in mir ist, seinen heiligen Namen.
Lobe den Herrn, meine Seele, und vergiß es nicht, was er dir Gutes getan.
Chor Saget es, die ihr erlöset seid von dem Herrn aus aller Trübsal.
der du schläfst, stehe auf von den Toten, ich will dich erleuchten!
Wir riefen in der Finsternis: Hüter, ist die Nacht bald hin?
Der Hüter aber sprach: Wenn der Morgen schon kommt, so wird es doch Nacht sein; wenn ihr schon fraget, so werdet ihr doch wiederkommen und wieder fragen: Hüter, ist die Nacht bald hin?
Choral Nun danket alle Gott mit Herzen, Mund und Händen, der sich in aller Not will gnädig zu uns wenden, der so viel Gutes tut, von Kindesbeinen an uns hielt in seiner Hut und allen wohlgetan.
[Duett] Drum sing ich mit meinem Liede ewig dein Lob, du treuer Gott!
Und danke dir für alles Gute, das du an mir getan.
Bendice al Señor, alma mía, y no olvides que te ha hecho bien.
Tenor Los dolores de la muerte nos rodeaban y el temor del infierno nos había golpeado, vagábamos en las tinieblas.