Tres diseñadores noruegos, Oddvin Rykken, Peter Opsvik, y Svein Gusrud desarrollaron sillas basadas en los mismos principios.
Sin embargo, no se ha podido demostrar que estas sillas sean una solución óptima.
La silla de rodilla crea un ángulo abierto en el cuerpo y mantiene la columna vertebral alineada.
[5] En esta postura, si el usuario se inclina hacia delante, el cuerpo mantiene un ángulo de al menos 90 grados.
[7] Los estudios llevados a cabo por el doctor A. C. Mandal en los años 60 y 70 concluyeron que las sillas de rodilla inclinaban la pelvis hacia delante, aumentando el ángulo entre el torso y los muslos, y corrigiendo así la alineación de la espalda, lo que indicaría que se trata de una postura adecuada para periodos prolongados.