Con 19 años formó parte del equipo de relevos 4 × 100 m que ganó el oro en los Campeonatos del Mundo al aire libre de Helsinki 1983.
Las otras integrantes del cuarteto eran Marita Koch, Ingrid Auesrwald y Marlies Göhr.
Además pocos meses antes ese mismo equipo había batido en Berlín el récord mundial de la prueba con 41,53 s. En la Copa del Mundo de Camberra 1985, el equipo formado por Silke Möller, Sabine Rieger, Ingrid Auerswald y Marlies Göhr batió de nuevo el récord mundial, ahora con 41,37, el cual permaneció vigente por más de 2 décadas hasta que les fue arrebatado por las estadounidenses en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde batieron el récord mundial del relevo con 40.82 segundos.
El mayor éxito de su carrera deportiva llegaría en los mundiales al aire libre de Roma 1987, donde sorprendió ganando tanto en 100 como en 200 m. Sumó además una medalla de plata en los relevos, donde la victoria correspondió a Estados Unidos.
Sin embargo, su temporada fue muy decepcionante, y en los Juegos únicamente logró ser 5.ª en la final de 200 m, mientras que ni siquiera logró clasificarse para la de 100 m. Logró su única medalla olímpica en la prueba de relevos 4 × 100 m, donde las alemanas orientales fueron segundas tras las estadounidenses, que tenían en su equipo a las dos primeras clasificadas en la final de 100 m. El equipo alemán lo formaban por este orden Silke Möller, Kerstin Behrendt, Ingrid Lange y Marlies Göhr.