Este tipo de autorización en alemán se llamaba "Hospiterien".
Comenzó buscando las palabras más fáciles de comprender y así partir leyendo desde la primera lección.
Eligió la palabra "Ojo" para aprovechar asociaciones visuales que se podían establecer entre imagen, grafía y el significado de las palabras: "Ojo" es fácil de entender imaginando la jota como una nariz entre dos ojos.
Para fin de siglo XIX se había expandido a Latinoamérica.
El silabario Matte estuvo vigente gran parte del siglo XX, hasta que fue superado por el Silabario hispanoamericano de Adrián Dufflocq Galdames.