En una de dichas experiencias, la joven sintió el llamado a consagrarse como religiosa.
Su casa se había convertido en una hospedería para indigentes y todos comenzaron a llamarla La Providencia.
Lograron mantenerse durante la Revolución francesa gracias a su servicio de enseñanza y hospitalario.
[4] La Congregación Siervas de los Pobres de Jeanne Delanoue es un instituto centralizado, cuyo gobierno es ejercido por la superiora general, coadyuvada por su consejo.
Además ofrecen su servicio tradicional de atención social y sanitaria a los pobres.