Don Próculo, al enterarse de que Cantinflas ha presentado su candidatura a diputado por el distrito y por lo tanto compite con él, comienza a confabular artimañas para dañar tanto a Cantinflas, la peluquería y la campaña del mismo: Robar la peluquería, y Cantinflas es llevado con la policía, pues se le acusa de fijar propagandas en lugares prohibidos.
Eventualmente convocan al barrio para que entre todos contribuyan a recuperar dicho dinero.
Llega el día de las elecciones y todos se juntan para votar.
Con la ayuda de sus cómplices, Don Próculo planea robar los votos y así proclamarse como diputado, sin embargo, los habitantes del vecindario se encargan de que dicho cometido no sea completado.
Mientras Cantinflas prepara su discurso por si es electo diputado, Sarita comienza a indagar sobre la vida personal de Cantinflas y sus planes en cuanto a casarse se trata, pues ella ya está enamorada de él.