Shitalá

Las víctimas de la enfermedad sobrevivían si la diosa había lavado los granos derramados con agua del cántaro que llevaba en una de sus manos, pero fallecían si Shitalá blandía la escoba que sostenía en la otra mano.

[1]​ Durante las jornadas de vacunación contra la viruela que realizó la OMS (Organización Mundial de la Salud), que en los años setenta destruyó la viruela en todo el mundo, salió a relucir la creencia en esta diosa (antes más o menos desconocida por los occidentales, a diferencia de los dioses Vishnú o Shivá).

Los hinduistas en general rechazaban la vacuna porque creían que esta enfermedad mortal era una bendición enviada por la diosa Shitalá.

[2]​ En esa época, los enfermos de viruela eran adorados en la India como elegidos por la diosa, por lo que sus parientes y amigos acudían desde lugares lejanos para rendirles homenaje, con lo que se facilitaba el contagio de la enfermedad.

Existen muchos templos dedicados al culto de Shitalá Mata (la Madre Fría).

Representación de Shitala Devi, diosa de la viruela .