Debido a la tragedia que estaba ocurriendo desde 1994 en Ruanda, por la que habían sido asesinados seis hermanos ruandeses el superior general tomó la decisión de hacer un llamamiento general a todo el Instituto para que acudieran allí hermanos de otros países a formar comunidad.
En 1995 Servando se ofreció para ir de misionero a Ruanda, formando comunidad con Hermanos ruandeses.
También reflejaban la situación de guerra que se vivía desde hace cuatro años, aunque en ellas intentaba no preocupar a su familia.
Los cuatro hermanos se negaron y contestaron que[2] «el buen pastor no abandona a sus ovejas cuando estas más lo necesitan».
En la mañana del día 31, Servando telefonea por la mañana a la Casa General de los Hermanos en Roma y da este mensaje: Se han marchado del campo de Nyamirangwe todas las personas.
Si esta tarde no volvemos a telefonear será una mala señal.
[5] Esa misma tarde, a las 20 horas, Servando fue asesinado junto con los otros tres hermanos, muy probablemente por haberse convertido en observador incómodo, y también a causa de la mencionada petición de socorro.