Con ello deseó ampliar y reformar el espacio de la diócesis en cuestión.Fueron muchos los que quisieron expresar la fama una vez muertos, mediante proyectos de carácter funerario.[1] Sin embargo, el encargo del prelado se ejecutó mientras ocupaba la sede de Tarragona, pero mantenía fuertes vínculos con la sede de Segorbe.[3] Se trata de un espacio trapezoidal que queda cubierto por una gran bóveda estrellada de cuatro puntas con terceletes y contraterceletes.[5] Durante este periodo hay abundantes noticias de pintores y orfebres, mientras que de los maestros escultores no tenemos casi nada en el ámbito valenciano.