Las ondas capturadas por el sensor pueden ser luz u otro tipo de radiación electromagnética.
Finalmente, el archivo informático que almacena ese patrón puede ser representado en una pantalla (o impreso en papel fotográfico realizando ciertos procesos) de modo que nuestros ojos lo perciban como una imagen; una sucesión continua de imágenes pasando por la pantalla a alta velocidad es percibida por el ojo como un vídeo.
Otro factor importante con respecto al sensor es el tamaño y forma del mismo.
La modificación, en este caso, se produce en el filtro Bayer colocado delante del sensor.
En efecto, mientras otros sensores toman una imagen 'positiva' estos graban negativos digitales utilizando colores secundarios en lugar de primarios (aunque luego los datos son convertidos a RGB para mantener la compatibilidad con el resto del mercado).