Ya dentro de la profunda caverna, el sendero era ancho y discurría hacia el sur en la más completa oscuridad.
Se supone que dicha puerta conducía a un templo de los Muertos, en donde guardaban sus tesoros.
Baldor, el hijo del rey Brego, temerariamente juró que no descansaría hasta arrancarles a los muertos sus secretos y tesoros.
Siglos después Aragorn encontró su cadáver en la caverna, aferrado con los dedos a la puerta que no pudo abrir.
Durante la Guerra del Anillo, Aragorn con Legolas, el aterrorizado Gimli y los Montaraces del Norte, lo que se llamó la Compañía Gris, cruzaron el Sendero con la intención de convocar a los Muertos y hacerles cumplir el Juramento de Isildur.