Senda de Oro

Su nueva piel amplifica sus movimientos ejerciendo una fuerza sobrehumana, y le hace prácticamente invulnerable a cualquier ataque físico.

Durante 3500 años Leto II ha establecido un imperio en paz militarizada, ha uniformizado las costumbres, los mitos, las celebraciones.

Sus guerreras femeninas, las Habladoras-pez, aplastan con arrojo fanático cualquier indicio de resistencia a su Dios Emperador.

Desde la unión de su hermana Ghanima y del perturbador del hábito Harq al'Ada, Leto conduce su propio programa genético, buscando una cualidad en sus descendientes que asegure que ningún presciente pueda volver a congelar el futuro como hizo su padre.

A la Paz de Leto le seguirán grandes conflictos armados, una Hambruna generalizada y el desmoronamiento del Imperio.

Siona es invisible al oráculo presciente, por lo que sus descendientes y las acciones de éstos no podrán ser predichas.

La Humanidad no volverá a caer en una sola mano nunca más.

Y durante toda la novela tiene visiones continuamente sobre el peligroso Enemigo que se cierne sobre ellas.