Una de estas regiones es amorfa y la otra es cristalina.
Son ejemplos de cristales no poliméricos la sal común y el diamante.
También debe formarse una hélice con respecto a los substituyentes (el PE y el PP son parcialmente excepción de esta regla) y además debe cumplirse la condición de tacticidad.
Son visibles en microscopio óptico, utilizando luz polarizada.
Es común que los polímeros al cristalizar adopten una morfología esferulítica,[1],[2] en las que las lamelas, o cristales plegados, se orientan de manera radial.