La Cofradía de la Vera Cruz, hoy desaparecida, ya existía hacia 1500, y vinculada al convento de San Francisco el Grande llevaba una vida muy activa, manifestando penitencia pública.
[2] Durante el siglo XVIII se inicia una lenta decadencia en estas celebraciones, en parte debida al abandono de los gremios de las procesiones, por resultar muy costosas, en parte debida a la nueva mentalidad ilustrada, muy influyente en la corte.
En ella tomaban parte la inmensa mayoría de los pasos y cofradías existentes.
El objetivo era eliminar los desórdenes que hasta entonces se producían la paso de las cofradías, debido al proceso de abandono en que se veía sumidas desde finales del siglo anterior.
La guerra civil española (1936 - 1939) afectó muy negativamente a la Semana Santa de Madrid pues muchos pasos se perdieron.
A partir de 1939, las cofradías se encontraron con la doble tarea de recuperar el patrimonio artístico perdido y devolver a la Semana Santa el esplendor perdido siglos atrás.
Sólo en el último cuarto de siglo se aprecia una recuperación del fenómeno cofrade y aumenta la participación.
Dado el tamaño y extensión del núcleo urbano de Madrid, nos referimos aquí a las Hermandades que tienen su sede canónica en el centro histórico.
La mayoría de las hermandades madrileñas realiza una sola procesión durante la Semana Santa, habitualmente el mismo día y hora de la semana mayor, siguiendo el itinerario que cada una acostumbra.