Los seguros marítimos tienen por objeto indemnizar al asegurado respecto de la pérdida o daño que pueda sufrir la cosa asegurada por los riesgos que implica una aventura marítima, fluvial, lacustre o canales interiores.[2] Estos seguros iniciales surgen como una necesidad ante la demanda de navíos y embarcaciones para las Indias.La travesía por el Atlántico suponía un gran riesgo para unas embarcaciones pequeñas y mal pertrechadas.Así se consiguió que tanto el armador como el capitán tuviesen interés por llegar a buen puerto.Es en esta época cuando se fija el seguro, no solo como una garantía que avala cualquier riesgo, sino también como una forma de financiación o impuesto que permitía funcionar a las Instituciones y sus principales cometidos.