Gracias a Polibio, se sabe de la existencia de un segundo tratado romano-cartaginés.
En el primer tratado romano-cartaginés, del año 508/507 a. C. se definieron las esferas de intereses de Roma y Cartago, quedando excluidas las intervenciones de Cartago en el Lacio.
El segundo tratado data del año 348 a. C. y es un calco del primero, con la inclusión de algunas nuevas ciudades.
Por parte cartaginesa, se añadieron a la lista Tiro y Útica.
Los principales puntos eran los siguientes: