Sin embargo la guerra solo provocó el rápido derrumbamiento del movimiento kurdo, quién carecía de armamento adelantado y pesado frente a las bien equipadas fuerzas iraquíes.
La guerra terminó con el exilio del KDP y Barzani y con la muerte de entre 7,000 – 20,000 personas entre ambos bandos combinados Los kurdos liderados por el líder tribal Mustafa Barzani estuvo envuelto en combates pesados contra los sucesivos regímenes iraquíes de 1960 a 1975.
El número de bajas es incierto, habiendo cifras que varían desde los 7.000 hasta los 20.000 muertos Como resultado, el gobierno iraquí reafirmó su control sobre la región del norte después de quince años y para seguros su influencia, centralizó más el estado, eliminando cualquier autonomía.
[4] Se llevaron a cabo medidas represivas contra organizaciones separatistas tras el acuerdo de Argel.
Por otro lado, en 1977 tuvo lugar una nueva insurgencia separatista liderada por el PUK, aunque fue a mucha menor escala A inicios ochenta, con el estallido de la Guerra Irán-Irak, una nueva rebelión kurda tuvo lugar en el norte de Irak, la cual contó con apoyo iraní, sirio y libio.