Secuestro de Alí Zeidan

La inmunidad parlamentaria, así como la falta de autoridad y rivalidad dentro del Congreso, permitió que ambos permanecieran impunes.

Los milicianos aseguraron tener una orden judicial para proceder a su detención y así pues la escolta del primer ministro, formada por apenas media docena de personas, decidió no oponer resistencia y no hubo ningún disparo.

[3]​ Tras ser apresado, el político fue llevado a una base militar del distrito de Fornaj.

Ambos grupos, milicias semioficiales vinculadas a los Ministerios de Interior y Defensa, aseguraron tener órdenes de la Fiscalía para detener al primer ministro y respaldo legal, lo que más tarde fue negado por las autoridades libias.

[7]​ Informaron que Zeidan estaba "bien de salud" y sería tratado "como cualquier otro ciudadano".

[14]​ Además, otros miembros del gobierno aparecieron en televisión para expresarle su apoyo,[15]​ así como algunas figuras políticas de la comunidad internacional.

[19]​ El Ministerio de Interior calificó también lo sucedido como un "acto contrario a la ley" y negó cualquier relación, aunque no obstante seguía estando entre los principales sospechosos.

Sahmain reconoció haber fundado la organización para proteger el Congreso libio, pero aseguró que la milicia llevaba actuando de forma autónoma desde hacía meses.