Lo anterior incluye, coordinar al resto del gabinete cuando, en el ámbito de sus propias responsabilidades, se traten de asuntos fuera del país; hacer valer los principios gubernamentales en las relaciones internacionales, que están marcados por el párrafo X del artículo 89 constitucional; representar al gobierno mexicano en los foros y organismos mundiales y regionales; dirigir el servicio exterior, y las embajadas, consulados, oficinas de negocio y misiones permanentes; operar los procesos de documentación para mexicanos que viajan al exterior y aquellos de naturalización para extranjeros residentes; encabezar cualquier tipo de negociación que trate de controversias o acuerdos vinculados a los límites territoriales; colaborar con la Fiscalía General de la República en los procesos de extradición.Fue hasta 1867 cuando adquirió su actual nombre, aunque durante la etapa de transición posrevolucionaria volvió a llamarse Departamento del Exterior.[3][4] Según la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, en su artículo 28, le corresponde el despacho de las siguientes funciones:[1]La cancillería tiene además adscritos diversos consulados en todo el mundo.El país posee ochenta embajadas, sesenta y siete consulados, siete misiones permanentes con organismos internacionales y tres oficinas de enlace, siendo los Estados Unidos el país con el mayor número de éstos.
Anexo de las antiguas oficinas centrales de la SRE, ahora pertenecientes al patrimonio de la
UNAM
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