Sebastián de Arévalo

Al quedar huérfano ingresó en el convento de San Francisco de Segovia, perteneciente a la rama de los franciscanos observantes, donde estudió latín y otras materias.Los superiores, teniendo en cuenta sus dotes intelectuales, lo enviaron a completar estudios a la Universidad de Alcalá.En 1647, superadas las pruebas que se requerían, ingresó en su Colegio de San Pedro y San Pablo, fundado por el Cardenal Cisneros.Desde finales de 1648 estuvo dedicado a la docencia en los conventos de su Provincia de la Concepción: Ávila, Segovia, Valladolid, etc. Entre los suyos desempañó varios cargos y, además, fue calificador del Santo Oficio y de la Suprema y General Inquisición, confesor y predicador real.En esta diócesis desarrolló una intensa labor pastoral, en la que destacaron de modo especial las innumerables limosnas y obras benéficas en las que invirtió todas sus rentas, hasta quedar en pobreza total.