Señales del Dresden

El respeto al kaiser, el honor y el mar como destino se contraponen al deseo de desertar, el miedo a la muerte y la búsqueda del amor en una nueva Deutschland, conformando este cuerpo central.Tanto es así, que el fiordo Quintupeu, unos de los escondites del crucero alemán, pasa a ser un personaje más y que protagonistas como Esprit Tompkins y Paul Huneeus han sido ambientalistas de la vida real (Douglas Tompkins[7]​ y Pablo Huneeus, respectivamente), a quienes el autor rinde homenaje a través de estas personificaciones.Max posee "un mal sin nombre", la incómoda e inusual capacidad del oído para percibir frecuencias altas de diferentes fuentes sonoras, según diagnostica el doctor Koch, facultativo de la Kaiserliche Marine.En otro plano, acometen esta misma empresa una pareja de amigos británicos y un padre alemán con sus dos hijos, descendientes del radiotelegrafista Max Schmidt.El cambio en la voz del narrador es notorio: domina ahora su actitud humorística y paródica, aunque también se hace presente la indignada denuncia de la destrucción ecológica y humana que la codicia empresarial ha producido en la Patagonia.
SMS Dresden momentos antes de ser hundido en bahía Cumberland .
Entrada del fiordo Quintupeu , por donde habría pasado el SMS Dresden huyendo de la flota británica.
Portada primera edición Señales del Dresden .