Sarmatismo

[1]​[2]​ A lo largo de los siglos posteriores se ha conmemorado el concepto en la misma medida en que ha sido duramente criticado.

La literatura polaca se hizo eco del término y la cultura asociada sobre todo durante el siglo XV, como por ejemplo en las memorias de Jan Chryzostom Pasek[3]​ o los poemas de Waclaw Potocki.

Un elemento inseparable de su vestimenta durante las celebraciones era el sable llamado karabela.

Muy criticado durante la Ilustración polaca, las generaciones que hicieron suyo el Romanticismo en Polonia se dieron a la tarea de rehabilitarlo.

[5]​ Długosz también fue el responsable de enlazar a los sármatas con la prehistoria de Polonia y esta idea fue retomada por otros cronistas e historiadores como Marcin Bielski, Marcin Kromer y Maciej Miechowita.

Según esta idea sus antepasados habrían conquistado y sometido a los eslavos nativos y, como los búlgaros en Bulgaria o los francos germánicos que conquistaron la Galia (Francia), al final adoptaron el lenguaje local.

Los invitados eran siempre bienvenidos: familiares, amigos, incluso extraños, sobre todo si venían del extranjero.

Los bailes más populares durante dichas fiestas eran la polonesa, la mazurka y el oberek.

Los nacimientos eran numerosos pero la mortalidad infantil era alta y muchos morían antes de alcanzar la madurez.

Los pleitos, incluso en asuntos relativamente irrelevantes, eran comunes, pero en la mayoría de los casos se alcanzaban compromisos.

Esta estaba encabezada por un hombre a caballo que interpretaba el papel del noble fallecido y vestía su armadura.

Muchos sarmatistas creían que los eslavos a quienes gobernaban, ya fuesen católicos polacohablantes u ortodoxos rutenohablantes, eran gentes atrasadas.

A pesar de todo la moda francesa también contribuyó al estilo sarmatista del vestuario polaco.

[15]​ Los partidarios del sarmatismo alababan su importancia vital para Polonia por su consideración de oasis gracias a la Libertad Dorada para la nobleza polaca, mientras el país se encontraba rodeado por reinos antagonistas con gobiernos absolutistas.

Los historiadores polacos contemporáneos tienden a considerar que la característica esencial de esta tradición no era la ideología sarmatista sino el modo en que se regía la Rzeczpospolita, nombre dado al gobierno de la Mancomunidad y el equivalente a república en polaco.

Aunque esto impedía gobiernos absolutistas también provocó que el poder del estado central se volviera frágil y vulnerable a la anarquía.

Cualquier intento de infringir estas leyes se trataba como un crimen grave.

[22]​ La Mancomunidad fue un lugar donde las sectas religiosas más radicales buscaron protección ante la persecución en otros países del mundo cristiano.

En consecuencia se le daba mucha importancia a la penitencia como medio para salvarse del castigo eterno.

Conocer al menos lo básico del latín era casi una obligación para los miembros de la szlachta.

Los retratos octogonales o hexagonales se fijaban a la zona de la cabeza del ataúd para que el fallecido, como cristiano con un alma inmortal, quedara inmortalizado como si estuviera vivo y fuera capaz de dialogar con los dolientes durante los esplendorosos actos funerarios.

Durante el periodo sarmatista polaco se construyeron numerosos palacios e iglesias que seguían la tendencia dominante de preferir soluciones arquitectónicas nativas caracterizadas por formas góticas y una decoración única de estuco en las bóvedas.

También se levantaban lápidas en las iglesias por aquellos que habían prestado un considerable servicio a la patria.

Han sobrevivido pocas de las casas solariegas del periodo sarmatista polaco, pero la tradición siguió viva durante los siglos XIX y XX.

Aquellos lituanos y ucranianos que vivían en la Mancomunidad también adoptaron determinados aspectos del sarmatismo.

Estos tártaros, a pesar de seguir el credo musulmán, tenían más fácil su aceptación en la sociedad polaca que los ucranianos cristianos ortodoxos cuyo supuesto origen sármata era más cuestionable.

Estanislao Antoni Szczuka con atuendo típico sarmatista en el que destaca el kontusz rojo.
Armadura karacena de estilo sarmatista.
Zona de origen de los sármatas , el más occidental de los pueblos iranios, en torno al 100 a. C.
La políticamente influyente Elżbieta Sieniawska , con pose sarmatista y un abrigo delia masculino.
Noble polaco con dos guardias hajduk .
Acta original de la Confederación de Varsovia de 1573, la primera acta de libertad religiosa en Europa.
Retrato de ataúd de Stanislaw Woysza, 1677.