Santuario de Santa María del Roure

La primera noticia es la de un legado a la iglesia hecho por un ampurdanés llamado Juan Mulner, fechado en 1195.

En 1286 el prior se llamaba Bernardo, en 1291 Joan Prat y en 1294, Jaime de Serrat.

La familia Carreres continuó relacionada con el monasterio pues en 1314 de cuatro canónigos que había, tres eran Carreres: fra Marcos, fra Ramón y hermano Bernardo, este sería el candelero ya que fue autorizado a explotar panales de abejas.

El Cristo Redentor y Santa Ana ocuparon estos dos nuevos altares.

En 1392 la comunidad obtuvo licencia para pedir limosnas por todo el obispado de Gerona.

En 1413, el papa Benedicto XIII que se encontraba en Bàscara, firmó una bula autorizando la recaudación de limosnas alegando los perjuicios sufridos, milagros producidos y abundancia de peregrinos, abundancia tal vez motivada por el hecho de que el obispo Andreu Bertran, en visita pastoral, concediera indulgencias a los que acudieron a rezar.

El mismo obispo autorizó a los canónigos poder contratar sacerdotes coadjutores para atender a los peregrinos y dos años más tarde se permitía a los sacerdotes de las parroquias vecinas celebrar dos veces en el mismo día, así como oficiar bajo un porche y altar portátil cuando la concurrencia no cabía en la iglesia que fue ampliada y de la que permanecen los restos.

La imagen gótica fue colocada en el altar mayor y la románica en uno de lateral.

A pesar de ello la comunidad iba desapareciendo, en el año 1534 solo había un canónigo.

Once años después, en 1638, la imagen gótica es trasladada a la nueva iglesia y colocada en el viejo tronco del árbol.

A primeros del siglo XVIII todavía existían las dos iglesias con sus respectivas imágenes.

De todo el conjunto cuidaba un pavorde, único habitante del lugar.

El mas Jordán estaba en Molins y la familia aún ahora posee un casal.

Vista interior del santuario
Escudos de la familia Montmarí
Detalle de una ventana