Fue construido por una comunidad religiosa coreana a cargo del sacerdote Pablo María Choi, actualmente párroco de esta comunidad.
Toda su edificación posee un significado, como sus dimensiones de 33 metros de largo por 33 metros de ancho que simbolizan la edad de Cristo en la crucifixión, las cuatro columnas de entrada que representan los cuatro evangelios (Juan, Lucas, Mateo y Marcos), los doce asientos que lucen al lado del púlpito en representación a los 12 apóstoles y así con el resto de su edificación.
[1] Fue inaugurado el 8 de diciembre del 2000, construido con recursos de los coreanos católicos residentes en Ecuador y Estados Unidos.
Su edificación la impulsó su actual párroco, el coreano Pablo María Choi.
El templo lo diseñó el arquitecto quiteño Eduardo Arteaga, cuya configuración se enmarca en la nueva estética de la Iglesia Católica de este milenio.