Un rey pagano irlandés fue el padre de Brígida y su madre era una esclava picta cristiana, bautizada por San Patricio.
Nacida en la esclavitud, al igual que su madre servía como esclava doméstica realizando las labores del hogar y ya desde niña fue muy conocida por su caridad.
Ya adolescente, tuvo muchos pretendientes pero los rechazó todos porque había hecho voto de virginidad.
Según la tradición, hacia 480 funda el monasterio de Kildare al construir una celda bajo la sombra de un gran roble sagrado consagrado a la diosa Brigid, atendido por jóvenes doncellas que custodiaban una llama sagrada.
Según el Trias Thaumaturga, Brígida pasó un tiempo en Connacht y fundó muchas iglesias en la diócesis de Elphin.
Su amistad con San Patricio es descrita en el Libro de Armagh: "Entre San Patricio y Santa Brígida, los pilares del pueblo irlandés, tenían una amistad tan grande que tenían un solo corazón y una mente.
Tras su muerte, el nombre y características de la diosa se unieron a la santa.
[6] En un primer dibujo, Chicago se refería a Santa Brígida como "diosa de la leche y el fuego".
También representa el fuego que las monjas mantuvieron encendido en honor de Santa Brígida tras su muerte.