Dar Lugdach

Ultan, en su Vida de Brigit dice que Darlugdach se había enamorado, y una noche cuando iba a encontrarse en secreto con su enamorado, dejó con cuidado la cama en que ella y Brígida dormían.

Sintiéndose en peligro, rogó a Dios que la guiara; colocó brasas encendidas en sus zapatos y luego se los puso.

Cuando su muerte se acercaba, Darlugdach deseó morir con Brígida, pero la santa respondió a Darlugdach que tendría que morir en el primer aniversario de su propia muerte, como así fue.

El monje irlandés Nennio cuenta una historia imposible de ella habiendo sido exiliada de Irlanda y yendo a Escocia, donde el rey Nechtain se hizo cargo de Abernethy ante Dios y Santa Brígida, con "Darlugdach presente en la ocasión y cantando aleluya."

Fordun coloca el acontecimiento en el reinado de Garnard Makdompnach, sucesor del rey Bruide, en cuyo tiempo San Columba predicó a los pictos; pero ambas santas habían muerto antes de que San Columba empezara sus labores en Escocia.