En el relato, Sansón se caracteriza por poseer una figura recia y una fuerza extraordinaria para combatir contra sus enemigos y llevar a cabo actos heroicos, inalcanzables para la gente común, como luchar sin más armas que sus propias manos contra un león, acabar con todo un ejército con solo una mandíbula de burro y hasta derribar un templo filisteo con su propia fuerza.
Según el Tanaj, los israelitas habían adoptado la religión cananea siguiendo los cultos a Baal, Astarot y Ēl, apartándose del Dios nacional de Israel Yahweh.
Por su rebeldía e infidelidad, Yahweh entregó a los israelitas «en manos de los filisteos durante 40 años».
Bajo el yugo extranjero, Israel volvería a ser fiel y Yahweh enviaría un guerrero con súper habilidades para liberar al pueblo del dominio filisteo.
Posteriormente se menciona un gigante guerrero filisteo llamado Goliat aterrorizó Israel durante cuarenta días, hasta que un joven David lleno del «Espíritu de Yahveh» logró derrotarlo junto con su ejército.
Como sólo Sansón estaba presente en esa lucha, los treinta mozos no pueden obtener respuesta durante tres días.
Ante los lloros de su esposa, Sansón decide al séptimo día contarle la respuesta, y ella se la da a sus paisanos.
Cuando Sansón quiere verla, su suegro se niega, pero le ofrece la hermana menor de la mujer, más bella.
Tras ese tiempo, Sansón huye a Gaza, quedándose en casa de una prostituta, la que para un forastero y encima israelita sería el único sitio donde alojarse.
Dalila insiste en querer saber su secreto, y Sansón vuelve a mentirle, diciéndole que se debilitaría si lo atasen sus siete trenzas con hilos, sujetándolas con clavos.
Los filisteos terminan capturándolo, le sacan los ojos y lo llevan a Gaza, donde, prisionero, trabaja moliendo grano para sus enemigos.
No obstante, su pelo vuelve a crecer, restableciéndose así el símbolo de su relación con Dios.
Cabe destacar que gracias al derrumbe del templo, los filisteos resultaron seriamente debilitados dado que en dicho acontecimiento murieron todos sus líderes políticos, militares y religiosos, perdiendo además gran parte de su control e influencia en Israel.
Heracles se enfrenta solo a un ejército de amazonas y Sansón lo hace contra un ejército de filisteos; Heracles perece por su amor a Deyanira, Gilgamesh sufre por Ishtar y Sansón es traicionado por Dalila; Heracles mueve y separa las columnas que llevan su nombre y Sansón mueve las columnas del templo Dagón; Heracles carga con la responsabilidad de abrir las puertas del Olimpo mientras que Sansón carga las puertas de Gaza.
La ceremonia parecía simbolizar la disputa entre el rey solar y su heredero en favor de una sacerdotisa que representaba a la diosa Luna.
No obstante, según el periódico Haaretz:[10] La figura ha tenido un gran papel en la construcción de la memoria colectiva del sionismo.
Vladimir Jabotinsky, fundador del sionismo revisionista, describe, en su novela Sansón, a este personaje como un israelita atraído por la cultura filistea que le rodea.