En seguridad informática, el aislamiento de procesos, espacio o entorno aislado es un mecanismo de seguridad para separar los programas en ejecución, normalmente para mitigar los fallos del sistema y las vulnerabilidades del software para que no se propaguen.
A menudo se utiliza para ejecutar programas o códigos no probados o no confiables, posiblemente de terceros, proveedores, usuarios o sitios web no verificados o no confiables, sin arriesgarse a dañar la máquina anfitriona o el sistema operativo.
El acceso a la red, la capacidad de inspeccionar el sistema anfitrión o leer los dispositivos de entrada, suele estar prohibido o muy restringido.
Al proporcionar un entorno altamente controlado, los entornos aislados pueden considerarse un ejemplo específico de virtualización.
El aislamiento de procesos se utiliza con frecuencia para probar programas no verificados que pueden contener un virus u otro código malicioso sin permitir que el software dañe el dispositivo anfitrión.