Tras pasar la infancia y adolescencia en Kansas, en los años 70 Sandhal se mudó a Nueva York y comenzó a bailar en algunos musicales de Broadway.
Rubia, cuerpo perfecto y 1,78 m, llamó la atención del director y coreógrafo Bob Fosse, que la contrató como bailarina reserva del musical Pippin, dirigido por él.
Como no había ninguna doble disponible con sus características físicas, ella aprendió a hacer sola todas escenas de riesgo que necesitaban un doble.
Tres años después, volvió a participar de otra película de la misma temática que Conan, pero sin tener relación con Conan, Red Sonja, en la que optó por interpretar a la villana Gedren en vez de a la heroína para la que había sido contactada.
Su última película, en un papel de bailarina, la hizo a los 52 años, fue realizado en 2003, The Singing Detective, con Adrien Brody y Mel Gibson.