Lorenzo fue ordenado sacerdote en 1583, e inició una extraordinaria labor como predicador.En Praga sus predicaciones conmovieron la opinión pública y provocaron la reacción de los protestantes, que solicitaron del emperador Rodolfo II su expulsión.Estas tareas y la enseñanza de la Sagrada Escritura a los religiosos de su Orden, juntamente con su conocimiento del hebreo, arameo y caldeo, le permiten mostrarse como espléndido exégeta en su Explanatio in Genesim.También se refleja en su obra literaria el admirable apostolado antiprotestante que desarrolló.Hacía falta también un animador espiritual en la lucha contra los turcos, que golpeaban las puertas del Imperio.En este cargo, como en todos los demás (Ministro provincial, Comisario general, etc.), se mantuvo siempre sencillo y afable, típicamente franciscano.Permaneció siempre fiel a su costumbre de dormir sobre tablas, levantarse durante la noche para salmodiar, ayunar con frecuencia a pan y verdura, disciplinarse duramente y, sobre todo, meditar con asiduidad los sufrimientos de Cristo.Su sepulcro fue profanado en 1808 por las tropas francesas que ocuparon la ciudad durante la Guerra de la Independencia Española.