El álbum presenta como instrumento predominante su guitarra acústica, además de duetos con Natalia Lafourcade, Mon Laferte y Julieta Venegas.
[4] Luego de publicar su álbum Bailar en la cueva con una cantidad variada de instrumentos y mayor sonoridad, Drexler decidió enfocarse en grabar canciones acústicas para su siguiente álbum de estudio.
Para ello, comenta haberse enfocado primero en la composición, tomando un año entero en escribir, para luego pulir el trabajo de ingeniería.
[5] También lo describe como un homenaje al arte de la trova, donde destaca «Pongamos que hablo de Martínez» y su mención a Joaquín Sabina, una de las personas que lo ayudó a impulsar su carrera musical.
Todas las canciones escritas y compuestas por Jorge Drexler, excepto donde se indique.