La saltillera, en tauromaquia, es una suerte que se realiza citando de frente al toro, con el capote situado por la espalda del torero.
Su primer autor fue Fermín Espinoza “Armillita”, que imitó la creación del Monstruo de Córdoba, citando de frente al toro, con el capote por la espalda, como para dar una gaonera por el pitón derecho (por donde se ejecuta siempre la manoletina) y una vez provocada la embestida del toro y llegada esta al embroque, el torero resuelve sacando el brazo por arriba de los pitones, barriendo el lomo con las telas, mientras el animal pasa por el costado del torero.
[1] Al final, el torero gira para quedar colocado para la siguiente o rematar con una caleserina, por ejemplo.
A mayor número de cambios, más riesgosa y espectacular resulta.
Roca Rey,[4][5] Miguel Ángel Perera[6] y Sebastián Castella[7][8] son recurrentes expositores de esta última variante.