Saloma panameña

Es una expresión de origen indígena que forma parte de la identidad panameña, teniendo como característica fundamental el ser una emisión autónoma que no requiere acompañamiento musical, sin embargo ha sido incorporada a la música folclórica y Música típica popular panameña, como sello de su impronta campesina.

De repente tal cual como plasma la narración, vieron venir río abajo una canoa con un grupo de indígenas que los socorrió; les curaron las heridas y les dieron alimentos.

Sin embargo, la saloma panameña nada tiene que ver con la concepción europea, Los Ngabe nación indígena del occidente del país guardan en su idioma un término especial para la saloma: "nogonengo", dándonos a entender que ya era conocida por ellos antes de cualquier contacto español.

La saloma intercala comúnmente con el canto de tamborito, la cumbia foclórica, mejorana, décimas y en el típico o pindín contemporáneo que se detalla a continuación: Manuel F. Zárate y su esposa Dora Pérez de Zárate describen la saloma en su obra "La décima y la copla en Panamá" como un conjunto vocal que ofrece la nota de una queja honda a veces o de una expresión de ternura muy particular.

Podría decirse que existe un subtipo de saloma denominado "El arrucao o los arrucaos" que se dan en forma de gritos.