[1] Formada por seis antiguos volcanes, posee los relieves más elevados del archipiélago.
El nombre actual, en cambio, deriva de un pequeño lago del que se extraía sal.
Su playa, de arenas negras y orientada hacia el sur, es ideal para tomar el sol a mediodía.
Del camino principal salen numerosos senderos que bajan hasta la costa, sembrada de pequeñas calas.
Los bosques de castaños y álamos se acercan al litoral protegiendo solitarias calas blancas.
En 1981 se creó la reserva natural de Salina, que comprende las dos montañas gemelas del «Monte Fossa delle Felci» y el «Monte dei Porri», con más de 400 especies vegetales y una rica avifauna.