La sala fue descrita por diversos contemporáneos como Tomé Pinheiro da Vega (en su Fastiginia) o Luis Cabrera de Córdoba.Tras la vuelta de la corte a Madrid la sala se utilizó en ocasiones muy puntuales.La sala, que había caído en ruina sería demolida en 1763.En los lados largos se elevaba desde el suelo una grada de tres peldaños para el público.La sala estaba decorada por pinturas pintadas por Carducho,[2] Francisco Castelo y Patricio Cajés.